Pesadilla-Quesadilla

Ayer me enfrenté a un enemigo terrible parecido a un pulpo enojado.
Movía sus brazos de forma amenazante, así que luego-luego saqué mi bastón-espada y le prodigué varias maldiciones hasta que me quedé sin voz.
Luego fui a comprar un cuarto de queso menonita para preparar una pizza en mi casa.
Después de cenar, me acosté a dormir, sólo para encontrarme ahí de nuevo a mi mortal enemigo cefalópodo. Desperté tirando golpes.