sábado, septiembre 16, 2006

La pistola pneumática vs el usurpador de cuerpos.

Erase una vez un vampiro sin cuerpo de vampiro, o sea un vampiro desvampirizado.

Pero con un silbato anti-agentes de tránsito.

LLegué al rastro municipal, bajé a las fosas donde dormía mi cuerpo de vampiro. El usurpador de cuerpos despertó de inmediato y se incorporó como lo hacemos los vampiros... (rígido como una tabla).

Soné el silbato inmovilizando a mi enemigo, y lo miré fijamente a los ojos. Arriba los cadáveres de vacas y caballos empezaron a temblar y a cocerse de adentro hacia afuera. Sentí un cosquilleo y ya estaba yo en mi cuerpo de vampiro de nuevo.

Como quien va a echar a la calle a un gato malagradecido, tomé de la nuca y del asesillo a mi enemigo y lo obligué a mirar a una res que estaba por ser sacrificada.

Intercambiaron cuerpos.

El cuerpo humano del usurpador mujía y pastaba apaciblemente.
En tanto aquella res, inquieta buscaba escalar la trampa donde les dan al ganado el golpe con la pistola neumática. Intentaba mirar a alguno de los trabajadores que realizan el sacrificio.