domingo, mayo 02, 2004

BERRINCHE Y éXODO
Cuando cumplí siete años tenía la certeza de que mi amigo imaginario había robado mi triciclo, fue entonces cuando aprendí cómo se debe apedrear a un gato, instintos de cacería para sacar a los felinos que se refugiaban bajo los automóviles. También yo trepaba los árboles, mi famila me buscaba y yo observaba sus desquiciadas cabezas que se agitaban para todos lados tratando de ubicarme, bajaba por el patio y les cerraba la puerta; los expulsaba de la casa. Probad la angustia común por un triciclo.