lunes, noviembre 21, 2005

Malhumorado-vampírum

Acabo de regresar a mi huarida, de una patada rompí la puerta metálica porque se me olvidaron las llaves.
De regreso en el puente me ladró con furia un perro chihuahua. Casi se le salen los intestinos de tanta rabia. Lo contuvo su dueña.

Acaban de instalar unos reflectores del lado mexa del puente de la Juárez. Ya no podré beber de las chicas que pasen por ahí, y lanzarlas por encima de la malla ciclónica.

Es mi día de descanso. Aún traigo los ladridos del chihuas en los oídos. Quiero ir al cine.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dicen que la sangre de los perritos chihuahuas es tonificante,
¿será cierto?

5:37 p.m.  

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