jueves, febrero 17, 2005

EL INTRUSO MONZóN

Anoche que llegué a mi casa me encontré un espanto en la cocina.

No pude entender muy bien que hacía ese espanto ahí, se que se alimentan del agua que baja de las goteras. El ser era de una estatura como de un metro y pude haberlo echado a patadas de mi casa, pero pos como llegué aburrido; me puse a platicar con el.

¿Cómo tu te apelle? -le dije.
Guewuenzo...- contestó
(se encontraba picándo una gotera del techo con un picahielo mohoso).

Puse mis brazos en forma de Jarrito y pregunté elocuentemente:
¿ Y tu qué... o qué... de qué?

Y el dijo sacándose un moco:
Pos.... nomás. Nomás aquí jefe.

No, pos no... pos órale ! dije.
Desprendí mi capa de mi espalda y con un movimiento como de torero, envolví al espanto-picahielero y lo lanzé a la azotea de mi vecino (un brujo que siempre quema mercurio como a las 9pm)

Me retiro, tengo que lavar ropa; ya mero es viernex !
Espero que no llueva.