DIETA DE SANGRE DE GATO

Anoche recibí una sorpresiva visita de otro vampiro... tocó mi puerta como hacen los vampiros (toc-toc-toc-toc-toc...toc-toc). Me asomé por la ventana y lo que vi fue un ser envuelto en vendas raídas. Kó-túm, vam-phírrr...-dijo. Entonces se trata de un colega (pensé).

Abrí la puerta y aquél esquelético vampírum se descubrió la cara (llevándose algo de girones de piel). Soy el Vampiru-Oserare visconde de Tultitlán y Anapra.

Cuando un vampiro está tan enclenque no le conviene beberse un humano, su sangre es demasiado fuerte y le haría toser de inmediato, salí al patio para cazar un gato. Puse una copa y de un garnuchazo le abrí el cuello al Felis Lybica (nombre científico del gato) , y le ofrecí la copa rebozante de sangre.

(Glu-glu-glú) ahhhh ! Yo vine a este continente en un barco y los nativos nunca habían visto un perro mastín. Tocaban mi armadura abriendo sus grandes ojos llenos de sorpresa porque sus flechas no podían herirme. Pero una noche cuando atacamos la ciudad nos hicieron correr y perdí de vista a mi tropa. Un brujo me capturó, me cubrió con capas de ixtle y con un hechizo me transportó hasta el Río Bravo.

Escuché que construían un puente de madera encima de mi, y tuve noticia de que un tal Maximiliano había llegado a gobernar México y el presidente había transferido su poder a la ciudad donde yo me encontraba enterrado y cubierto por las aguas del Río Bravo. Pasaron décadas y escuché que construían un puente moderno de concreto y metal.
Escuchaba las campanadas de un vehículo mecánico (tranvía). y luego años más tarde el zumbido de helicópteros y aviones. Luego sentí una falta de humedad...

El río se había quedado sin agua ! (pensé) y una grieta se formó en la tierra que me cubría y me liberé.