lunes, enero 19, 2004

Cí­RCULO DE SUEñO‘

Para que el pez nade en el agua
es necesario que el agua contenga al pez.

Te amo como al flan de leche,
como un chiquillo a su perro corriente.
Te hablo como a la luna
con pequeñas dósis de sal
y mantequilla.

Te amo con finanzas y matemáticas inexactas;
con el valor de Pi,
con el 3.1416 del domingo.

Te amo con perros de fauces grises:
te insulto y te muerdo,
te acaricio y te lamo.

Siento lástima de tanto delirio;
de mis zapatos que te buscan
de las plantas de mis pies que arden
por encontrarte,
de saberte perdida
porque estás en un lugar exacto
en el que no me atrevo a buscarte.

Eres mi corazón, mi silencio;
mi sangre lejana,
las lí­neas que faltaron en mis manos,
mi dulce voz,
mi tristeza perdida,
mi felicidad encontrada.

Cuando llegué de la noche
ahí­ estabas tu
y la felicidad no me dejó
dormir en paz.