miércoles, enero 14, 2004

Las paredes de la nave por dentro eran negras y su textura como arrugas, no había ángulos en su interior
y yo debía escapar; unos seres parecidos a el ojo de una mosca pero cubierto con harapos se mecían cerca
de los controles.

Se sintió un tremor generalizado, habíamos aterrizado y busqué una salida a los rotos cubos que sirvieron
de casa a los otros humanos, no había muchos en ese lugar; pero desde donde la nave se posó podía verles huir perseguidos por los "trapos sucios".

Golpeaba con los puños los cartones que cubrían las puertas y entré a las galerías llenas de tablas
y bolsas de plástico (sabía que contenían los papeles del baño), finalmente después de bincar algunas
ventanas y escarbar enre los escombros. Pude ver la máquina de salvación, en la que los humanos
que no habían sido contaminados; desaparecían en esa especie de palancas huecas o cucuruchos
anaranjados que se cimbraban a algunos metros de mi alcance. Demasiado tarde para mi tele transportación
porque escuchaba el zumbido que precede al despertar.

Posiblemente este sueño proviene de haber pisteado bastante tarde
el delicioso vino "sangre de cristo". Voy a almorzar.