lunes, enero 12, 2004

En un breve acceso de furia
por haber olvidado las llaves dentro de la casa
le di una certera patada a la puerta,
se abrió de inmediato.
-que bueno-
vamos a reparar el cachivache.

Prendo la tele y veo la noticia de la gringa que
hizo cachitos a su marido (un viejito de 78 años)
y lo metió a refrigerador.
Un psiquiatra la considera apta para ir a juicio.
-Muy bien
mi autoexilio no es ninguna tragedia en comparación;
aunque la puerta también era vieja y mi refri está
funcionando.