viernes, noviembre 03, 2006

Cuando desperté salí corriendo del sarcófago, tomé mi espada, rompí la ventana, brinqué el asador, saludé a mi perro, encendí mi auto, insulté a mis vecinos por dejar escombro cerca de mi puerta.

Aceleré lo más que pude y alcanzé a cortarle el cuello a un duende lecotíngero, de esos que se roban los sueños de las cabezas de la gente cuando duerme y los esconden abajo de los sombreros en los lugares públicos.

Un amigo una vez se puso su sombrero contaminado, estaba bebiendo un café y cuando se quedó dormido el sueño bajó de su sombrero, se metió en su cabeza por los oídos. En el sueño tenía mucho frío, nevava, así que empezó a prender fogatas, montones de basura, tambos de ropa.

Cuando despertó había quemado a su perro adentro de un ropero. Afortunadamente su mascota era un pequinés y no hizo mucho humadreón.

(Texto dedicado a la musa borracha de Chetumal).

1 Comments:

Blogger Flor Fabela said...

epa.. que van a decir de Chetumal? no le de mala reputación. besos desde un lugar donde ya no existo.

1:39 p.m.  

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