miércoles, agosto 25, 2004

TEXTO INTERNO

Me agrada entrar al jardín y ver las granadas
con esos insectos anaranjados
erectos sobre la corteza de la fruta.

La identidad y la mortalidad de los rayos solares me ponen serio
-no tanto, porque enseguida tomo un matamoscas.

Algo ha cerrado el circuito de mis emociones,
soy poderoso de nuevo;
incluso puse un espejo en la cocina para tocar el violín.
Soy cerebral y sueño mujeres tatuadas,
anoche tuve conciencia que era un sueño
y quité las prendas de esa belleza volátil.

Mi día tuvo proporción áurea.