sábado, agosto 14, 2004

DANZA ACUOSA

Despierto, mis cabellos aún me desobedecen.

<>El agua mana de mis pulmones porque anoche se inundó el antro de los vampiros, la lluvia caía a gotas desde el techo y nosotros, el Vampiro Micro, la Vamphír-K (muy acertada para el clima por cierto), y otro grupo de bebedores de sangre danzabamos pataleando los adoquines como el chavo del ocho. <>

Cuando la música cesó por fin, tuve que brincar tres cangrejos para llegar a mi grupo, al bajar las escaleras del segundo piso me encontré un delfín todo borrachote pidiéndome una cerveza de la barra. <>

Llegué con el cantinero y le pedí la cerveza, -¿de qué marca?-dijo el bar-tender. Pos...pos...no se! (pinches delfines, nunca especifican). El cantinero me aventó una caguama.

Bien, subí sonriente la escalera y le estrellé la botella en la chompeta al delfín; quién en un eructo fantástico se deslizó escaleras-abajo.

<>Abrazé a mis vampiros y salimos a recibir la llovizna entre los faros y los claxonazos de los autos.