sábado, febrero 21, 2004

CRóNICAS VAMPíRICAS

Ya a salvo de la fulminante radiación solar la vampiro Non-fit me esperaba sentada en aquella banquita de madera en futurama. Aparecí traspasando las puertas de vidrio del estacionamiento, el guardia al verme de súbito me detuvo....
-éitale, éiitale...a dónde va con esa cáscara de naranjaaaa?
-Hsssss, pssesqué...rrhhhh ! (dije apretando la cáscara en mi mano), y la tiré a un cesto de basura cercano.

Atravesé fábricas y vi a Non-fit incorporarse de la banquita de pino verde (como dice la canción "Penélope")
Acordamos ir a máxima velocidad por el tercer vampiro.

Así que llegamos a sanborns subiendo los escalones y brincando a los limosneros que reclamaban "un pesuuu..." . Dento ya en el área de libros encontramos al tercer nosferatu vestido con su chamarra de motociclista, Non-fit lo abrazó y lo arrastramos hasta el comedor comunal. Pedí una mesa con "vista al mar"
(o sea al estacionamiento) y pensando que el sitio no tenía buen feng-shui, nos retiramos.

La verdad es que el micro mencionó un lugar donde cobran la cerveza a cinco pesos, así que al ritmo del cantante Rubi Draco Rosa; pues nos fuimos. Nos enteramos en el viaje que el Vampium-Micro toca la batería, no necesita de diccionarios de antónimos y sinónimos, y estaba a punto de iniciarse como plomero
porque el inodoro de mi casa estaba aún sin instalar; y les pedí me ayudaran a colocarlo en su sitio. Asintieron.

Un vampiro es siempre un pésimo plomero, por eso es vam-pi-ro. En el intento de colocar el excusado sobre las pijas se nos ladeó y rompió el cemento haciéndose trizas. Ni modo. Destapando las chelas a temperatura ambiente prendimos la computadora de leña y navegamos en chalupa por internet. V-Micro bajó música de Draco, yo Vampirum-Pável abrí un sitio de ovnis; y Vamp-Non-Fit nos leyó unos poemas
de su página. Inmediatamente nos fuimos a los antros.