viernes, junio 09, 2006

Las largas filas

Me encontraba en mi casa con el sombrero de chino que hace que bajen los poderes del 666 para poder fabricar vampiros, cuando tocaron la puerta.

Abrí y pude observar las largas filas de quienes pretendían convertirse. Un chaneque sacó un cigarro y me dijo: oigass... ¿asté es el que...

No lo dejé terminar, mi espada cercenó su cuello. Salió mucho humo de su garganta.

Detrás del chaneque humeante se encontraba una momia ajustándose las vendas. Algo dijo, pero de lo vieja que estaba emitió puro polvo por la boca. Le dí un empujón y al caer sobre la banqueta se desquebrajó toda.

La siguiente de la fila era un hada (con todo y alas de libélula), era bastante fosforecente. Tuve que ponerme lentes oscuros antes de darle con el matamoscas. Casi perdí mi sombrero cónico. Varias nubes se arremolinaban ya sobre mi vampírica cabeza soltando lentos rayos esféricos.

Un ogro lanzó un tridente desde la aglomeración de seres fantásticos. Tenía cara de ratón, pude cortarlo con mi espada favorita (la espada prestapacá). Pero su tridente había roto un ala del sombrero 666.
Mañana les cuento lo que pasó.
(el vampiro se retira bebiendo un agua fresca de morcilla). Hace calor.