sábado, noviembre 26, 2005

Barrera idiomática

Words are very... unnecesary among us, vampire, -dijo con su acento británico la Vampiro Pellejo cuando me encontraba el la biblioteca pública en el horario para seres preternaturales.

Me sorprendió un poco verla aparecer blanquísima y mostrando un poco sus colmillos superiores, bajó las escaleras arañando el pasamanos, levantando bucles de madera. Se detuvo a unos cuantos metros de mi. Ella portaba un vestido color turquesa ceñido a su torso, con letras en tinta de oro, que para cualquier mortal significarían una marca muy ajena al Banana republic u Oscar de la Renta. Las marca de su indumentaria era "Picot", así como la sal de uvas.

Los vampiros tenemos prohibido pelear en las bibliotecas. Pellejo, deseaba eliminarme ahí mismo; pero se contuvo. Arqueó la espalda como hacen las gimnastas, mostrando sus pechos breves; cosa que me recordó tiempos perdidos en Babel donde ella fue bibliotecaria, y lugar donde pasó de mortal a criatura nocturna.

Sus ojos almendra buscaron el suelo y se dirigó descalza hacia el mostrador, donde su ayudante acumulaba libros de hechicerías due to december the twentieth. Fin del encuentro con mi enemiga.

La vampiro Pellejo ha acumulado tal cantidad de conocimientos sobre el áura que sin duda puede alimentarse sólo de pensamientos. Durante el encuentro trató intensamente de romper mi dique mental y hacerme estallar la sesera. Ya será en otra ocasión my dear rugged-skin, pudiste haberlo hecho si hubieras pensado todo en español.

viernes, noviembre 25, 2005

Vamp Hair-cut

El vampiro había salido de su sarcófago esperando un sol parcial.

Nada de eso, la noche había caído sobre él como un remolino de mugre. Decidió salir a cortarse el cabello. Unas tijeras comunes le dejarían trasquilado. Pero el fuego si puede cortar el pelo de un bebedor de sangres.

Lo único que necesito es quién despegue la almohada roja de mi oído.

lunes, noviembre 21, 2005

Malhumorado-vampírum

Acabo de regresar a mi huarida, de una patada rompí la puerta metálica porque se me olvidaron las llaves.
De regreso en el puente me ladró con furia un perro chihuahua. Casi se le salen los intestinos de tanta rabia. Lo contuvo su dueña.

Acaban de instalar unos reflectores del lado mexa del puente de la Juárez. Ya no podré beber de las chicas que pasen por ahí, y lanzarlas por encima de la malla ciclónica.

Es mi día de descanso. Aún traigo los ladridos del chihuas en los oídos. Quiero ir al cine.

sábado, noviembre 12, 2005

Ah, musa! Casi calificas como suicida, ahora si vi el tren muy-cerca.
La próxima vez yo manejo.

Bueno, te aceleras porque seguramente has ganado el circuito daytona.
¿Recuerdas si el auto era automático o standard?

ja ja jaaa (el vampiro se aleja porque debe pagar el teléfono).

martes, noviembre 08, 2005

Excelentemente bien rasurado salí a caminar porque necesitaba algo de alimento.

Al final de la calle apareció un Ogro Kuacuicle con una cadena, echando espuma por la boca. Me amenazó cerrando lso puños y emitiendo un gruñido Mññññ. Bueno, varios: Mñññ..ñnnnnnññ, pos así como hacen nos ogros cuando ven algo que les disgusta.

¿Qué aspecto tiene un Ogro? Algo así como si se le hubiera atado a un caballo y se le arrastrara por kilómetros de terracería. Huelen rancio. Portan cadenas (tienen una obsesión por los eslabones, los cuentan todo el tiempo para saber si están ahí).

El primer cadenazo me mochó la oreja izquierda. El segundo me hizo rodar debajo de un Volkswagen. Emergí lleno de aceite con un pedazo del chasis del auto a manera de espada.

El ogro lanzó un golpe con los eslabones de titanio, atando mi arma, cosa que aproveché para encajar el metal en un medidor de electricidad. La corriente eléctrica pasó quemándome las manos, pero al Ogro le fue peor; ya que son altamente combustibles.

Cuando llegaron los bomberos encontraron un humeante charco de grasa. El vampiro brincaba de azotea en azotea, merendándose unos gatos del sector. Casi sin usar las palmas de las manos.

viernes, noviembre 04, 2005

EL JARDíN SALVAJE

Alguien echó a andar la maquinaria, lo que provocó que el sol produjera un viernes en este hemisferio. Que bueno (a veces mi ataúd me cansa), me encuentro preparado para romper el piso de mármol de mi antro favorito (no me he recortado las uñas de los pies).

Cada vez hay menos sol y me voy sintiendo fortalecido. Las sábanas destendidas han sido una carpa doble, un caleidoscopio transitado a pie.

Tengo un pantalón de mezclilla nuevo, una camiseta de karateka chafa. Mis tenis rotos son cómodos (sobre todo para el callo de mi pie izq).

Las personas son fieras en viernes,
el mundo es un jardín salvaje
y tu odias los vegetales.